A pesar de las adversidades, Sandra Ortiz enfrenta su batalla contra el cáncer con gratitud, fe y mensajes de aliento que tocan vidas
Por Esteban David Rodríguez Flecha / info@salaurbana.com
En este Día de Acción de Gracias, la vida de Sandra Ortiz nos invita a reflexionar sobre el poder de la gratitud. Madre y abuela, Sandra enfrenta el cáncer por segunda ocasión, una batalla que, lejos de llenarla de desesperanza, la ha llevado a vivir con un profundo agradecimiento y a inspirar a otros a través de videos llenos de fe y fortaleza.
Desde muy joven, Sandra aprendió a buscar razones para agradecer, incluso en medio de las adversidades. Creció en un hogar marcado por el alcoholismo y los desafíos emocionales. A los 18 años, decidió dejar ese entorno en busca de un futuro mejor. "Logré graduarme de escuela superior y, a los 20 años, ya había terminado la universidad y era madre de mi hijo mayor", recordó. Aunque la vida no ha sido fácil, Sandra siempre ha escogido la sonrisa como su mejor respuesta. "Me gusta compartir alegría, incluso en medio de las dificultades", afirmó con serenidad.
El primer diagnóstico de cáncer llegó hace más de una década. Fue un momento que marcó su vida y que, aunque lleno de incertidumbre, la ayudó a descubrir el valor de la gratitud en medio del dolor. Sin embargo, su fortaleza fue puesta a prueba en un nivel más profundo cuando, durante esa misma época, recibió una llamada que cambiaría su vida para siempre. "Nunca olvidaré esa noche, a las 12:01 de la madrugada, cuando me informaron que mi hijo mayor, Melvin, había fallecido en un accidente automovilístico", compartió con el corazón en la mano. A pesar de esta pérdida devastadora, Sandra encontró en su fe en Dios el consuelo necesario para seguir adelante. "Ese dolor sigue siendo parte de mi vida, pero el consuelo de Dios ha sido indescriptible", reflexionó.
Sandra reconoce que la gratitud no siempre surge de forma espontánea, especialmente en momentos de prueba. Sin embargo, ha aprendido que el agradecimiento es una decisión que puede transformar incluso los días más oscuros. "Agradezco que Dios me permitió seguir adelante, que me dio fuerzas para enfrentar lo que parecía imposible", afirmó.
En enero de 2024, Sandra recibió un segundo diagnóstico, esta vez de un cáncer en etapa avanzada. A pesar de la gravedad de la enfermedad, Sandra no ha permitido que el miedo la paralice. Su tratamiento incluye 30 quimioterapias, de las cuales aún está recibiendo, y 35 radiaciones, de las cuales le faltan 30. Además, ha enfrentado complicaciones como neuropatía severa, problemas de movilidad y hospitalizaciones prolongadas. Aun así, su espíritu se mantiene intacto. "Agradezco a todas las personas que me han ayudado, desde quienes donaron sangre hasta los que han orado por mí", dijo con emoción. Entre esas personas están sus compañeros de trabajo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y los miembros de su iglesia.
Cada acto de amor y solidaridad ha reafirmado en Sandra la importancia de agradecer. "Recibir esas muestras de apoyo me recuerda que no estoy sola. Cada gesto, por pequeño que parezca, es un motivo para dar gracias", reflexionó. Su fe inquebrantable la lleva a proclamar con confianza: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
Sin embargo, Sandra no se conforma con vivir su gratitud en privado; ella siente un llamado a compartir su experiencia y a ser un ejemplo para otros. Desde que hizo público su diagnóstico, ha utilizado las redes sociales para publicar videos llenos de esperanza, aliento y fe. "Quiero que las personas tomen conciencia de que todavía hay un Dios que sana corazones, que aún en las dificultades pueden levantarse con esperanza", explicó. Su intención es que sus palabras sean un bálsamo para quienes enfrentan situaciones similares. "Muchos me escriben diciendo que, al verme, toman fuerzas. Eso me motiva a seguir compartiendo mi fe y mi gratitud", añadió.
Lo que comenzó como una manera de solicitar oraciones, se ha convertido en una misión. Sandra recibe mensajes de personas que encuentran en sus videos un motivo para sonreír y seguir luchando. "Espero que quienes me vean puedan creer que sí se puede, que en mí encuentren un reflejo de fortaleza y fe", dijo. Aunque sabe que su situación no es fácil, Sandra ha decidido que su historia sea una luz para los demás.
Para Sandra, la gratitud no es solo un sentimiento, sino una actitud constante. "He aprendido a vivir el presente con asombro, a valorar cada día como un regalo", reflexionó. Este aprendizaje está profundamente enraizado en su fe, la cual se inspira en historias bíblicas que nos enseñan a confiar en Dios incluso en las circunstancias más difíciles. Por ejemplo, mencionó a Ana, quien en su desesperación por no poder tener hijos, oró fervientemente a Dios hasta que Él respondió a su clamor (1 Samuel 1). O el caso de los muros de Jericó, que cayeron cuando el pueblo de Israel confió plenamente en las instrucciones de Dios (Josué 6).
"Lo que Dios ha dicho que sucederá, sucederá. Y mientras tanto, agradezco cada paso del camino", afirmó con convicción.
Su mensaje en este Día de Acción de Gracias es uno de fe y esperanza. "Agradece, incluso en medio de la aflicción. Una sonrisa, un momento de fe, pueden cambiar tu perspectiva. Somos seres bendecidos", expresó. Sandra también recordó a quienes enfrentan luchas similares que no están solos. "Dios es nuestra salvación y nuestra respuesta en medio de la aflicción. Nunca olvidemos que Jesucristo es el Señor", dijo con firmeza.
Sandra Ortiz no solo es un ejemplo de resiliencia; su vida es un testimonio del poder transformador de la gratitud. En medio del dolor, ha encontrado motivos para sonreír, y en medio de la enfermedad, ha decidido ser una fuente de fortaleza para otros. En sus palabras, "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:31). Su historia nos recuerda que siempre hay razones para dar gracias, incluso en los momentos más oscuros.
Comments